- Revisa si tu bebé tiene calor: esto es lo primero para detectar si a tu pequeño le hace falta un pronto refrescamiento. Puedes comprobarlo colocando tu mano por la parte de atrás de su nuca y ver que no esté sudando o con granitos por estar acalorado.
- Sábanas y ropa de dormir totalmente de algodón: este tipo de tela ayuda a que el calor fluya fuera de su cuerpo, ya que es más respirable, y no se adhiere de manera incómoda a su piel. Asimismo, aunque te preocupe si entra aire, no les arropes de más, ya que esto podría aumentar su calor y hacerlos sentir más inquietos.
- Mantén la temperatura de la habitación entre los 18 y 21 grados: recuerda siempre que el espacio para tu bebé no debe ser ni muy caliente ni muy frío. Por ende, preparar la habitación antes de la hora del sueño ayudará a que duerma en un ambiente más cómodo. Algo que va ayudarte en esos días donde suben más las temperaturas, es que en el horario que más haga calor mantengas puertas y ventanas cerradas para que no se caliente la habitación de más, incluso puedes correr también las cortinas para repeler el sol. Luego, cuando comience a refrescar la tarde o noche, podrás ventilar toda la casa, incluyendo su habitación, para que logre llegar a una sensación térmica mucho más agradable.
- Usa ventilador o aire acondicionado si está a tu alcance: ¡siempre con cuidado! Puedes usarlos para refrescar el lugar antes de que se acueste tu pequeño, de modo que sienta una temperatura cómoda y agradable, pero lo ideal es que no los dejes encendidos mientras duerme.
- Cuida su hidratación: tal como para los adultos aumenta la necesidad de tomar agua cuando hace calor, tienes que vigilar que tu pequeño se mantenga bien hidratado. Esto puedes lograrlo con tu lactancia materna o un tetero de agua.
- Baños antes de dormir: tu peque amará refrescarse con un rico baño de agua tibia, así estará más relajado y logrará un mejor descanso.
Durante el verano es común que el arduo calor pueda interrumpir tu sueño por las noches. Ahora, ¿te has preguntado cómo afecta esto a tu bebé? ¡Ellos también se molestan con las altas temperaturas!
Este es un punto importante de considerar, ya que a diferencia de nosotros los adultos que podemos buscar diferentes formas de refrescarnos, como ducharnos, beber agua, o acercarnos a una ventana para recibir aire, nuestros pequeños no pueden hacerlo por su cuenta. Por eso, será necesario que tú les ayudes a mantenerse frescos y cómodos durante su descanso.
Entonces, ¿qué hacer para que tu bebé pueda dormir en noches calurosas? Te dejamos 6 sencillos consejos:
